Este verano se ha cumplido nada menos que 35 años desde que Turquía invadió la zona norte de Chipre, supuestamente para fines de ayudar, pero lo cierto es que al final no ha dejado la zona invadida. El ejército turco usó una fuerza totalmente desproporcionada, con el objetivo de destruir todo lo que encontraron a su paso y en poco tiempo se instaló en diferentes zonas del país y el futuro de Chipre cambió radicalmente porque nadie quiso decir no a Turquía en 1974.

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Además de esta permisibilidad, el ejército turco ejecutó y expulsó a muchos grecochipriotas, dejando sin hogar a muchas familias. Es lamentable la forma en que el ejército turco usó su fuerza y sin ninguna complicación expulsó a tantas y tantas familias. Esta forma de expulsar de su territorio y de matar por parte de los militares turcos tiene el nombre de asesinato, algo totalmente detestable y que nunca se olvidará, aunque por supuesto muchos turcos y turcochipriotas no están de acuerdo con todo esto, pero es la realidad, la sangrienta realidad.

Este conflicto es totalmente comparable con el que sufrió Corea del Norte y Corea del Sur, uno totalmente pobre y con un bajo nivel de vida, además de ser un lugar inseguro y otro con un nivel de vida mucho mejor y con una seguridad mucho más interesante. Justamente coincide que en ambos casos, la parte norte es la más pobre y en el caso de Chipre, es una invasión, porque por mucho que digan, no es un estado reconocido por nadie, excepto por Turquía, lógicamente. Los hechos históricos no hay que negarlos, sino aceptarlos y de seguro que los turcos, algunos, estarán avergonzados con lo que su pueblo le está haciendo a Chipre

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