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El Rey Ricardo Corazón de León no fue bienvenido en Chipre, por lo que inicialmente vendió la isla a los Templarios y luego, en 1192 a Guy de Lusignan. Bajo el dominio Franco, las villas del distrito de Kyrenia se transformaron en estados feudales y la ciudad paso a ser, nuevamente, el centro administrativo y comercial del área.

Su castillo fue ampliado, la ciudad fue rodeada de un muro defensivo acompañado de torres de observación y se agrandó el puerto. Los castillos bizantinos de San Hilarión, Voufavento y Kántara también fueron fortificados.

De esta forma, los cuatro castillo constituyeron un sistema defensivo que protegían a la ciudad de ataque de mar o de tierra.

El castillo de Kyrenia jugó un rol importantísimo en las disputas entre los francos y en los conflictos con los genoveses.

En 1489, Chipre pasó al dominio de Venecia y el castillo de Kyrenia fue modificado para hacer frente a las nuevas amenazas constituidas por la pólvora y los cañones de mayor poder. Los cuartos reales y tres de sus cuatro torres fueron demolidas y reemplazadas por torres circulares más anchas que podían enfrentar mejor a los cañones. Sin embargo, esas torres no fueron suficientes. En 1571, la ciudad se fue ocupada por el ejército otomano.

Bajo el dominio del Imperio Otomano, el distrito de Kyrenia fue el primero de los cuatro distritos administrativos (que luego pasaron a ser seis). Las fortunas de la ciudad declinaron y la ciudad pasó a ser una guarnición miliar.

La población cristiana fue expulsada de la ciudad fortificada y nadie que no fueran los artilleros y su familia fueron autorizados a residir dentro del castillo. Esta gente aterrorizó a los habitantes de las villas vecinas, tanto musulmanes como cristianos, con sus saqueos y crímenes. Los pocos que se atrevieron a permanecer eran mercaderes y pescadores. Estos construyeron sus casas fuera de los muros.

El resto se trasladó al área conocida como Pano Kyrenia o el “Riatiko” o huyeron más tierra adentro y a las villas montañosas de Thermia, Karakoumi, Kazafani, Belapais y Karmi. La ciudad revivió nuevamente cuando el comercio marítima con Asia Menor y las islas del Egeo fue autorizado aunque se debían pagar sobornos a los oficiales turcos.

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